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XI CONGRESO INTERNACIONAL y XVI


NACIONAL de PSICOLOGÍA CLÍNICA

GRANADA (ESPAÑA), 25-28 de OCTUBRE, 2018
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Diana Lucía Aguirre Laverde
Facultad de Psicología de la Universidad CES
MEDELLÍN, COLOMBIA
1 Español
Psicóloga Especialista y Magíster en Psicología Clínica con experiencia e interés en el área clínica y de la salud. Experiencia como Docente Universitaria en: Corporación Universitaria Lasallista, Universidad Pontificia Bolivariana. Actualmente en Universidad CES Medellín a cargo de Asesorías de Prácticas clínicas, hospitalarias y educativas, con especialidad en población infantil y juvenil. Además,  Docente en el área Clínica Cognitiva, con énfasis en intervención a niños y adolescentes.
Durante su trayectoria profesional, ha trabajado como Psicoterapeuta cognitiva con adultos, niños y adolescentes, dando apoyo terapéutico tanto a hijos como a padres en la intervención psicológica integral de niños y adolescentes.


RESUMEN TALLER/WORKSHOP
Cómo potenciar la relación terapéutica para un tratamiento efectivo en niños y adolescentes
La psicoterapia cognitiva ofrece múltiples formas de intervención a niños y adolescentes a través de diversas técnicas tanto cognitivas, como emocionales y conductuales. Este taller está enfocado a uno de los aspectos centrales que debe tenerse en cuenta para que el abordaje terapéutico de este tipo de población sea efectivo, se trata de la relación terapéutica.
En la terapia cognitiva es necesario establecer una alianza terapéutica sólida en la que los psicoterapeutas logren crear un espacio relacional para que los niveles de ansiedad o el malestar con el que los niños y adolescentes llegan a la consulta, disminuya, y de esta manera, los pacientes puedan mostrarse tal y como son. Lo anterior podrá facilitar el establecimiento de metas a corto y largo plazo y hará que los niños y adolescentes se vinculen y motiven con su proceso de cambio.
Se requiere que el terapeuta pueda mostrar una actitud empática, activa, participativa y entusiasta para generar en sus pacientes el interés por descubrir aquello que les produce malestar y se enfoquen en cambiar o desarrollar diversas estrategias de afrontamiento que les permitan resolver los retos que enfrentan en su proceso de crecimiento. Del mismo modo, es imprescindible desarrollar un vínculo de apego seguro con los niños y adolescentes de forma que éstos puedan sentir que su psicólogo los comprende, es alguien disponible, no los juzgará ni les retirará su aprecio por las conductas que tengan, además de que será un apoyo o guía en la resolución de problemas. Esto último es quizá el objetivo más importante en la construcción de la relación terapéutica efectiva, pues será el psicólogo el encargado de crear un escenario que valide las emociones, permita gestionarlas y le muestre a los niños y adolescentes, a través de la misma relación, que es posible interactuar de una forma tranquila obteniendo resultados positivos, lo cual fomentará el proceso de cambio en los pacientes. Así mismo, es preciso realizar intervención con los padres de familia para que ellos aprendan a crear entornos seguros y validantes para sus hijos de modo que los cambios propuestos en la terapia se puedan ir generalizando a diversos contextos en los que los niños y jóvenes viven.